El salto que le cambió la vida a Paola

El salto que le cambió la vida a Paola

Pocas personas aman su trabajo como Paola Veloza, Experience Manager en ijump project. Paola hace parte del grupo de los que sueñan en grande, de hecho, su sueño desde niña siempre fue liderar un equipo. Además, se toma muy en serio lo que hace y por eso cada vez entrega el 1000% en cualquier proyecto.
Brigitte Trujillo

Brigitte Trujillo

Communication Specialist

Contenido

La apuesta por Australia

Paola no se veía en otro lugar que no fuera Colombia. Estaba feliz en BMW, y no se le pasaba por la cabeza dejar su estabilidad, su mascota y a su familia. Pero su novio, con quien en ese tiempo llevaba 7 años de relación, le había planteado en varias ocasiones la posibilidad de viajar a Australia. 

Por diferentes circunstancias, esa idea, al principio, se quedó en standby. Y así terminaron aplazando el plan en varias ocasiones. Sin embargo, en uno de esos días, volvieron a hablar del proyecto cuando se encontraron con una promoción para viajar a Australia, y nuevamente su novio le insistió que se fueran. Pero Paola no estaba muy convencida. Ella realmente quería quedarse en Colombia. Estaba en un momento muy importante en su vida y quería darse el chance de aprovecharlo.

Pero su novio no se rindió. Le propuso que lo intentaran y le dijo que él estaba dispuesto a hacerse cargo de todo. Después de pensarlo, Paola aceptó y se limitó a conseguir los papeles y el dinero que necesitaba.

Aunque podían hacer una aplicación como pareja, ambos decidieron aplicar a una visa de estudiante individual pues su principal interés era aprender inglés. 

“El se ocupó de todo. Yo mientras tanto me desentendí del proceso. Solo solicité los documentos que me pidieron y pagué lo que me correspondía.”, afirma.

“Para mí quien decide viajar al exterior es alguien que da el salto más grande de su vida. Es también el riesgo más grande que toma una persona porque lo veo como volver a nacer. Es comenzar una nueva vida al otro lado del mundo. Y dar ese paso es riesgoso porque te puede ir bien o te puede ir mal, pues esta experiencia finalmente no es para todo el mundo”

Paola Veloza

Le iban a negar la visa

Lo cierto es que a Paola le iban a negar la visa. Tras haber enviado su aplicación, recibió una notificación por parte de su case officer, el oficial que estaba evaluando su caso, a través de un Natural Justice, un término legal que usa el Departamento de Asuntos Internos de Australia (Department of Home Affairs) cuando está considerando cancelar o rechazar una visa; pero, al mismo tiempo, por medio de este requerimiento, le está dando la oportunidad al aspirante de defender su situación.

Resulta que Paola, en alguno de los papeles que llenó para su aplicación, accidentalmente pasó por alto declarar que en el pasado le habían negado la visa americana. En consecuencia, su case officer cuestionó por qué lo había ocultado, y le advirtió que debido a esto su visa podía sufrir una negación. Sin embargo, le dio el chance de abogar su aplicación antes de que se tomara una decisión.

“Cuando mi agencia me comunicó esta noticia, me vi en el límite. Me di cuenta que a pesar de que estaba un poco desconectada del proceso, no quería perder la oportunidad de viajar a Australia”, confiesa.

El salto de emoción

Después del requerimiento de Home Affairs, las ganas de arriesgarse con Australia se fortalecieron, y junto con eso, contra todo pronóstico, un viernes al final de la tarde, Paola recibió una llamada de su asesor. ¡Su visa había sido aprobada!

“Cuando mi asesor me llamó a darme la buena noticia yo estaba en el parque con mi perro. Obviamente empecé a gritar de la emoción, y cuando las personas que estaban alrededor me preguntaron por qué estaba tan feliz, les dije: ´me aprobaron la visa australiana´”, recuerda Paola.

El siguiente paso ahora era celebrar y organizar todo para despegar hacia Melbourne, la ciudad que escogieron para dar el salto. Primero, Paola tenía que renunciar a BMW. “El siguiente lunes me presenté a primera hora en la oficina de mi jefe, con la visa impresa, el corazón a mil y los ojos aguados. Le dije: ´te tengo una noticia´”, expresa.

El anuncio lo tomó por sorpresa pues Paola no le había dado pistas de sus planes. Sin embargo, la apoyó y celebró su decisión. Por su parte, a pesar de que Paola jamás se había visto viviendo en Australia o en el exterior, y que al contrario visualizaba un futuro muy grande en BMW, de todas formas, se sentía tranquila al renunciar pues tenía la convicción de que aprender inglés le iba a abrir muchas puertas.

Momento de empacar maletas

En 20 días, Paola y su novio no solo debían renunciar a sus trabajos, también tenían que hacer maletas, vender su carro y las cosas de su casa, y entregar el contrato de arriendo donde vivían. Pero sin lugar a dudas, lo más doloroso fue dejar a su perro con quien llevaban muy poco tiempo.

Con todo listo, empezaron la aventura a finales de febrero del 2019. Hicieron una parada en Europa y luego en Asia, y a principios de marzo aterrizaron en Melbourne con la energía recargada, la mejor actitud y siete maletas que por nada del mundo se podían quedar en Colombia.

“Él siempre ha sido de esos, que, si tienen tiempo, salen del aeropuerto sin miedo. Yo, en cambio, soy un poco temerosa con eso. Y él ya sabía que podíamos tomar un bus de dos pisos del que le habían hablado. Así que compramos los tickets y no sé cómo pero con las siete maletas nos subimos al SkyBus (risas)”, cuenta Paola.

El SkyBus es un bus rojo de dos pisos que ofrece el servicio de transporte desde el aeropuerto de Melbourne al CBD (Central Business District) o centro de la ciudad. Y fue esa misma ciudad la que cautivó a Paola desde el primer momento. “Melbourne me atrapó en segundos. Y mientras admiraba la ciudad desde el bus, pensé: esta es la mejor decisión que pude tomar”, asegura.

Homesickness

Los primeros meses en Melbourne, Paola pasó por un sin número de emociones. Por un lado, le dio homesickness, un sentimiento común cuando estando lejos se empieza a extrañar a los seres queridos, los lugares que más se frecuentaban, la comida, etc. Paola también echaba de menos a su perrito a quien le dolió haber dejado.

Por otro lado, le hacía falta sentirse útil. No era para menos, en Colombia estaba acostumbrada a un ritmo de vida muy movido. Trabajaba muchas horas al día a veces los fines de semana, y el tiempo para su familia era muy limitado.

Así que dentro de sus prioridades estaba conseguir su primer empleo. Por fortuna, a través de una amiga de su novio, encontró un trabajo como niñera cuidando a un niño de la India quien desde el día uno, recuerda, le corregía su inglés. A la par, empezó a trabajar como cleaner o limpiadora en un restaurante asiático. Allí, su jornada arrancaba a la 1:00 a.m. y terminaba a las 5:00 a.m.

Un nuevo reto

Semanas después de haber llegado a Melbourne, Paola recibió una propuesta de trabajo por parte del asesor que la orientó en la aplicación de su visa. Su experiencia en ventas era un punto a favor. Sin embargo, Paola se negó pues en ese entonces no se sentía segura con el inglés y tampoco conocía la industria de la educación.

Posteriormente, la convencieron y Paola tomó el riesgo. Igual, ella es una persona de retos y con su buena actitud era suficiente para iniciar algo nuevo.

En ese sentido, tenía que organizar muy bien su tiempo. En la mañana estudiaba, luego se iba caminando a la agencia, trabajaba unas horas, y pasaba a su rol de niñera. En seguida, a la madrugada, se iba para el centro de la ciudad al restaurante asiático donde todas las mañanas, antes de iniciar clases, tenía que limpiar el bar, subir y bajar cerca de 100 sillas para así poder aspirar y trapear el piso.

Naturalmente, tanto ajetreo le quitaba horas de sueño y la mantenía muy ocupada. Así que, a las pocas semanas, buscando un balance y con el fin de tener más tiempo para descansar, dejó su trabajo de niñera.

Las primeras ventas

Ciertamente, Paola quería dar la talla. Toda su vida la ha dedicado a las ventas y por más que el sector de la educación no fuera su fuerte en ese momento, eso no la detuvo y las estrategias comenzaron a tomar forma.

Quería dar resultados, así que lo primero que hizo fue pedirle al director de la agencia que le regalara algunas de sus tarjetas de presentación. “Entonces tachaba el nombre de él y escribía el mío. Luego, en el colegio donde estudiaba le pasaba las tarjetas a mis compañeros para que me conocieran, tuvieran presente que yo trabajaba en una agencia y que los podía ayudar con sus procesos de visa”, apunta.

Al mismo tiempo, habló con su colegio para que la dejaran hacer un curso de barista y así poder atraer más gente. Por si fuera poco, comenzó a usar sus redes sociales con el objetivo de llegarle a más personas.

“No estaba acostumbrada a usar mis redes para este propósito, y menos en una empresa como BMW, donde había unas restricciones con el uso de social media. Por el contrario, en la agencia, este tema era más flexible, lo que me permitía promover los eventos y los servicios que ofrecíamos”, resalta.

En todo caso, para ella fue muy complejo empezar a mostrar su cara, y se grababa varias veces antes de publicar algo, pero la práctica la llevó a hacerlo con más naturalidad y tomar ventaja del alcance de las redes.

Aunque al comienzo tenía pocos seguidores, los primeros en contactarla fueron sus amigos de colegio en Colombia. A la vez, el voz a voz con sus classmates de la escuela de inglés donde estudiaba empezó a tener sus efectos, y así, en semanas, Paola logró sus primeras ventas, tal y como se lo había propuesto.

Entre esos clientes también estaban personas que querían viajar con su familia, y pese a que sus colegas le decían que los procesos con familias eran más complejos, ella no lo pensó dos veces y quiso lanzarse.

Juiciosamente, si bien el aprendizaje del inglés seguía en curso, se puso en la tarea de leer más sobre este tipo de aplicaciones, envió la visa y en cuestión de casi un mes, su primer reto: una pareja con su bebé, recibió la soñada visa aprobada.

Los desafíos del idioma

En paralelo, Paola continuaba estudiando inglés, pero ella se considera muy acelerada, y le frustraba que su aprendizaje no fuera tan rápido como lo esperaba, y no poder expresarse como quería.

Al principio no tenia de otra que comunicarse con señas, pero cuenta que en el colegio donde estaba pudo avanzar mucho, y fue tan persistente que en una ocasión la nombraron estudiante del mes.

Igualmente, uno de los desafíos más grandes fue tener que hablar inglés cuando estaba en la agencia.

“Me acuerdo mucho que me salía de la oficina cuando tenía que hablar por teléfono en inglés, especialmente con los colegios, pues me daba pena que mis compañeros me escucharan. Pero eso fue supervivencia, la misma que me llevó a hablar el idioma así me equivocara. Igual, sigo aprendiendo, pues a veces se me sale un ‘sí’ o ‘gracias’ cuando estoy en una conversación (risas)”, dice.

Cambios a otro nivel

Un sueño empezó a materializarse cuando su jefe le propuso ser team leader. Ocurrió cuando llevaba casi un año en la agencia, y por supuesto, fue un salto que Paola no dudó ni un segundo en dar.

“Cuando me dieron la noticia, me dijeron que me estaban dando un voto de confianza, sobre todo porque llevaba poco en la empresa. Pero yo estaba feliz y claramente tenía la disposición de darlo todo”, asegura.

Desde ese día, Paola se tomó en serio su rol de líder y se apropió de la marca como si fuera su propia compañía.

Ella siempre ha preferido trabajar en equipo, y una de sus compañeras en ese entonces, Diana Mera, fue su mejor aliada.  Juntas empezaron a formar equipo, se volvieron más constantes en las redes sociales de la agencia, y, aprendieron la una de la otra.

En tres años, Paola tuvo una de las mejores experiencias de su vida profesional; terminó trabajando con 14 personas a cargo, distribuidas en Melbourne, Sydney y Adelaide, y pasando por el área comercial, las comunicaciones, soporte, visas, y administración.

ijump project

Los cambios siempre serán una oportunidad para crecer y llevar a cabo esos proyectos que tocan fibras.

Paola estaba en busca de eso, incluso se lo había comentado a amigos cercanos, y en una de tantas conversaciones con una de sus colegas encontraron que tenían planes similares.

“Nuestro lugar de trabajo quedaba en el mismo edificio, y en uno de esos viernes de integración, mi colega me dijo: ´hagamos una agencia´. En seguida le dije: sí, yo quiero eso. Al día siguiente nos reunimos, y desde entonces no hemos parado”, añade.

Pasaron nueve meses antes de que ijump project fuera una realidad. En ese tiempo, Paola y su colega (ahora socia) se dedicaron a crear, planear, y plantear sus proyecciones en los próximos años.

 “Valió la pena cada madrugada, vernos en días de descanso, trabajar en equipo, compartir ideas, y soñar”, dice orgullosa.

Claramente, este emprendimiento necesitaba un nombre, algo que representara lo que Paola y su socia querían proyectar. Para eso, empezaron a definir cuál era la identidad de su agencia.

“Para mí quien decide viajar al exterior es alguien que da el salto más grande de su vida. Es también el riesgo más grande que toma una persona porque lo veo como volver a nacer. Es comenzar una nueva vida al otro lado del mundo. Y dar ese paso es riesgoso porque te puede ir bien o te puede ir mal, pues esta experiencia finalmente no es para todo el mundo”, agrega.

Entonces, con la ayuda de varios recursos, pusieron en marcha una lluvia de ideas y palabras, y entre tantas, resultó: jump que en español significa salto. Les gustó. Pero Paola quería incluirle algo más. Quería que ese salto fuera propio. Así que surgió el I, que traduce “yo”. Lo que dio como resultado: ijump.

Luego, su socia le incorporó la palabra project, proyecto en español, y finalmente quedó bautizado como ijump project. Sin embargo, faltaba algo más. Un eslogan. Y después de lanzar varias propuestas, el elegido fue: building your evolution, construyendo tu evolución.

Hoy por hoy, ijump es otro sueño hecho realidad en la vida de Paola. Un proyecto que le ha permitido continuar haciendo lo que le apasiona, y lo que la llena: ayudar y ver a otros cumplir sus sueños.

Paola no está sola, cuenta con un equipo en Australia y Colombia con años de experiencia en la industria y dispuestos a darle ese empujón a muchos soñadores que están locos por dar ese salto.

“Cuando uno siente como ese pálpito y tiene como ese miedo esa es señal suficiente para tomar el riesgo y dar el salto. Todo depende de la actitud con la que tomes la vida”, puntualiza.

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2 comentarios en “El salto que le cambió la vida a Paola”

  1. Pao que emocionante leer esto y pensar en que como tú existimos muchas personas que tenemos miedo de dar ese salto o de tomar otras decisiones menos riesgosas, te felicito!!! Eres una tesa y un ejemplo de mujer empoderada y enfocada!! Vas a lograr todo lo que te propongas!

    Te envío un fuerte abrazo 🫂

  2. Excelente servicio, paola fue la chica que me ayudo en este proceso y es muy buena persona se merece el cielo y la tierra por ayudarme a cumplir este gran sueño la mejorrrrr…………..

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